Os acordais de la maleta verde de la primera entrada? esa que salió volando y causó todo un revuelo en las escaleras mecánicas, bueno, pues en esa maleta estaban los mails con el localizador del vuelo, y se iba aproximando el momento de factura así que tocaba sacarlos, peeeeero la maleta estaba candada y con el golpe el candado se rompió y no se abría. Pasamos un rato mu malo intentando varias combinaciones, pero nada. Al final el chico de información nos sugirió que lo abrieramos con un boli y eso hicimos... allí y en el control de la puerta de embarque. Un poco engorroso, la verdad.
Ya en la puerta de embarque conocimos a un chico iraní que estaba estudiando español y que trabajaba en la embajada. Su nombre es Mohammad, pero todos le llaman Marco, porque es como Marco Polo, está muy viajado. Marco nos ayudó muchisimo durante el viaje, y nos sugirió hacernos de guia si queríamos visitar Irán y el desierto, por eso le mandamos un abrazo si nos está leyendo.
Turkish Airlines es una gran compañía. En mi opinión tienen un pequeño problema a la hora de aterrizar, vamos, que son un poco bestias, pero la comida es deliciosa y en cantidad. Tomamos dos vuelos, así que cenamos dos veces. Marga me riñó por comerme el yogur sin saber si estaba pasteurizado, pero bueno, yo pensé que de perdidos al rio.
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